miércoles, 14 de septiembre de 2011

El enemigo en casa

Texto: G.Wyman





Siempre resulta extraño encontrarse edificios de tu barrio fotografiados en la prensa.

La semana pasada me crucé con esta foto, hojeando una revista en la espera de urgencias, mientras a mi hermano le extraían una espina de la garganta (ya se sabe las malas pasadas que puede jugarte el sushi de anguila). Había recurrido al montón de periódicos sobre la mesa cuando de pronto llegué al reportaje: El enemigo en casa.

No me interesan demasiado los coches, acabo de comprarme uno y todavía estoy aburrido de tantas comparativas como he tenido que leer. ¡Además ni siquiera me gusta conducir! sin embargo me detuve en el artículo sorprendido por el aprovechamiento publicitario que hacía de este edificio que conozco, utilizado como fondo en una fotografía a doble página de un anuncio de vehículos.

Tal vez lo más incómodo sea la burda apropiación que se hace de la imagen cruda del edificio. Si tan sólo se hubiera introducido un toque distintivo, un tratamiento gráfico para dar a entender que se emplea como referencia; yo qué sé, una especie de personalización, de guiño para el anuncio. Algo… por pura asepsia.

¿Puede hacerse un uso lucrativo del trabajo de un arquitecto para vender tu propio producto?, porque la elección del fondo es completamente intencionada. ¿Tienen los arquitectos derechos de autor? ¿Quieren tenerlos?

Y el título, cómo lo hemos de interpretar ¿por casualidad diagramó el artículo otro arquitecto? El caso es que la extracción de una espina no da para muchas reflexiones, es rápida y sencilla; apenas había profundizado un poco más cuando mi hermano salió recuperado. Tanto que incluso pudo conducir de vuelta a casa, lo cual agradecí, porque me produce cierto respeto llevar el coche por mi daltonismo.

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